El tercer bloque de la asignatura de Literatura Infantil lleva por título "Literatura española y cultura literaria". Como bien se nos explica en la guía didáctica, la literatura española apenas dispone de un hueco en el currículo de Educación Primaria. No obstante, siempre hay aniversarios y actos culturales inspirados en algún escritor o en alguna obra. Por ello en este bloque nos hemos dedicado a realizar un breve recorrido por toda la Literatura española, desde la Edad Media hasta la Posguerra, con el objetivo principal de conocer, o recordar, estos contenidos para poder realizar la actividad de este apartado. Dicha actividad consistiría en realizar un monográfico semanal en base a una obra o a un autor que se consideren buenos y aptos para trabajar en primaria, teniendo como referencia un curso concreto.
La finalidad que debíamos alcanzar cuando elaboramos nuestra semana cultural era conseguir introducir a los receptores de la propuesta, nuevos conocimientos como aspectos de la vida del autor, características principales del momento histórico correspondiente, las obras literarias más importantes, curiosidades, etcétera. Todo ello de una forma amena, lúdica y práctica como es diseñando actividades, individuales y colectivas, para llevarlas a cabo en dicha semana cultural.
Una vez elaborada la que sería mi semana cultural, creo que ésta se ajusta correctamente a los objetivos planteados, y creo que sería interesante ponerla en práctica, en el aula, en algún momento de mi vida. De ésta manera podré darme cuenta de si realmente es así, pues cierto es que no sabes si algo está bien hasta que no te enfrentas a ello, y la realidad en muchas ocasiones no es tal y como nosotros la concebimos.
Por otro lado, uno de los aspectos que considero más importantes a tener en cuenta en esta labor, es que los contenidos a trabajar estén adecuados a la edad a la que van dirigidos, pues obviamente, no será lo mismo diseñar actividades para alumnos de segundo de primaria, que para alumnos de sexto de primaria, aun trabajando la misma temática.
Como ya he mencionado anteriormente, a lo largo de este bloque hemos trabajado las diferentes corrientes literarias existentes en nuestro país, así como la forma en que se produjeron. Desde la Edad Media hasta la actualidad.
En primer lugar introdujimos el concepto de movimientos pendulares, que hace referencia a esos momentos platónicos y aristotélicos sobre los que se iban moviendo las distintas corrientes literarias.
Movimientos platónicos: Defienden la pasión, la creatividad y la imaginación.
Movimientos aristotélicos: Por el contrario, estos movimientos reflejaban más la realidad. Eran mucho más estructurado y organizados, es decir, con unos límites marcados.
Los primeros textos en castellano comienzan en la Edad Media, al fragmentarse el latín en las distintas provincias y surgir las lenguas románicas. Esta Literatura medieval surge en el siglo XI y perdura hasta el siglo XV, incluido. Se caracteriza por pertenecer al movimiento platónico. Los temas que predominaban eran de carácter:
-Religioso: Milagros de Nuestra Señora.
-Amorosos: El Arcipreste de Hita o Las Cantigas, ambos son poemas.
-Épico: Referente a temas militares. El Cantar del Mío Cid
-Moralizante: El Conde Lucanor
En la transición al Renacimiento, surge la obra La Celestina de Fernando de Rojas. El Renacimiento es una época que pertenece al Movimiento Aristotélico que nace en el siglo XV y dura hasta el siglo XVI, rige las mismas normas que la Literatura Grecolatina. En él resurge la época clásica de la vida, es un periodo de auge de las artes, que además está centrado en la importancia del hombre. Durante el Renacimiento, en España permanece el catolicismo, por ello a su vez uno de los temas a destacar es el religioso, junto con el humano. Dentro de la temática religiosa existen dos corrientes:
-Corriente Ascética: Consiste en buscar a Dios dentro de uno mismo. Su principal representante es Fray Luis de León.
-Corriente Mística: En este caso, se trata de buscar la relación entre Dios y el alma. Sus principales representantes son Santa Teresa de Jesús, que escribía de forma clara y sencilla; y San Juan de la Cruz que buscaba un símil de la relación alma-Dios con la de hombre-mujer.
La regla principal del Renacimiento era que el escritor debía controlar su pasión por la escritura, sin salirse de lo estético, dejando de lado la pasión.
En la lírica Renacentista conviene destacar las figuras de Garcilaso de la Vega y Juan Boscán, dos autores que trabajaban la lírica amorosa, una poesía refinada que buscaba la belleza.
Por otro lado en la prosa renacentista surgen ciertas temáticas: militar, literatura bizantina, novela pastoril y la novela picaresca (única corriente española). En la novela picaresca cabe destacar a su máximo representantes: El Lazarillo de Tormes.
El Renacimiento finaliza con la obra El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, una novela de Miguel de Cervantes Saavedra que critica a las novelas de caballería. Por otro lado, aunque esta fue su obra más popular, Miguel de Cervantes también escribió novelas bizantinas como Los trabajos de Persiles y Segismunda , así como pequeñas obras de teatro.
Al finalizar el Renacimiento, en el siglo XVII surge el Barroco, perteneciente al movimiento platónico. Cabe destacar, que este siglo XVII es también conocido como el Siglo de Oro. Esta época carece de reglas, pues los escritores pueden usar el vocabulario, así como las temáticas que se quieran. Existen tres corrientes líricas fundamentales:
-Corriente popular: Esta corriente trata de imitar la Literatura Folclórica. En ella destacan autores como Lope de Vega, Quevedo, Calderón de la Barca y Góngora, con poemas sencillos conocidos como Romancillos.
-Corriente conceptista: Esta corriente trata de decir lo máximo con pocas palabras. Su principal representante es Francisco de Quevedo con su Soneto a la nariz.
-Culteranismo: Esta corriente es completamente opuesta a la anterior, pues en este caso se trataba de decir poco contenido con muchas palabras bellas y cultas. Su máximo representante es Góngora con su poema Soledades.
Además, cabe destacar que estas tres corrientes también se extrapolaron a la prosa y al teatro.
Por su parte, en el género dramático, Lope de Vega tiene numerosas obras de teatro, adaptadas a todos los públicos. En ellas se inventa personajes aportándoles toques cómicos, también, aparecen numerosos conflictos entre gente de la Aristocracia. Entre sus obras destacamos El perro del hortelano, La dama boba o Fuenteovejuna.
Por otro lado, de Calderón de la Barca destacamos obras cortas con poca comedia cortesana, entre ellas, los Autos sacramentales de carácter religioso y La vida es Sueño.
También debemos destacar en el teatro barroco la figura de Tirso de Molina, con su obra más importante El burlador de Sevilla.
Cambiando de época, llegamos al siglo XVIII, que se corresponde con el Neoclasicismo y cuyo movimiento principal es el aristotélico. Esta corriente es una corriente con menor contenido literario respecto a las anteriores. No obstante existen autores pertenecientes a ella como Leandro Fernández de Moratín con su obra más destacable El sí de las niñas y fabulistas como Iriarte y Samaniego.
Durante esta época, cabe destacar, que surgen numerosas Reales Academias (Artes, Ciencias...) Éstas describían manuales de estilo con una serie de normas las cuales no se podían saltar, pues todo aquel que lo hacía, entonces era considerado un mal escritor.
La Real Academia de la Lengua, por su parte, rompe con la creatividad durante esta época.
El siglo XIX se divide en dos mitades, la primera de ellas se corresponde con el Romanticismo, cuyos movimientos predominantes eran los platónicos; y la segunda de ellas se corresponde con el Realismo, que por el contrario, tenía como movimientos principales los aristotélicos.
El Romanticismo es la corriente más libertina, muy dada a los excesos.
En la poesía predomina la libertad de expresión así como la expresión de los sentimientos. Los temas más empleados eran el amor apasionado y desgraciado, y la muerte, normalmente causada por algún amor trágico. Entre los autores destaca José de Espronceda con su famoso poema Canción del pirata, o José Zorrilla.
Por otro lado también he de destacar a autores como Rosalía de Castro o Gustavo. A. Bécquer, ambos considerados Románticos tardíos. Bécquer además, fue el primer poeta moderno de la literatura española. Entre sus obras en verso destacamos las Rimas.
En el género de la prosa también mencionaremos a Bécquer por sus Leyendas.
Por último, en el teatro, diremos que durante esta época fue muy numeroso en cuanto a representantes, además se empezó a usar todo tipo de escenarios. Entre algunos de sus representantes nos encontramos con el Duque de Rivas y su obra Don Álvaro y la fuerza del sino y a José Zorrilla, autor de la obra que más ha sido representada, Don Juan Tenorio.
Como ya hemos dicho, en la segunda mitad del siglo XIX nos encontramos con el Realismo, corriente perteneciente a los movimientos aristotélicos. Durante esta época, el autor se convierte en un observador de lo que ocurre a su alrededor, lo cual le sirve como fuente de inspiración. En las obras características se refleja la realidad, así como se exalta la sociedad. Existían una serie de requisitos que determinaban a un buen escritor, como por ejemplo la verosimilitud. El autor más representativo es Benito Pérez Galdós, del cual distinguimos tres etapas en su obra:
-Episodios nacionales: Relatos breves de tema histórico entre los que destaca la Batalla de Trafalgar.
-Novela de tesis: En estas novelas cuenta una historia juzgando a sus personajes. Por ejemplo: Doña Perfecta
-Novela realista: En este género se encuentran las mejores obras del autor, como por ejemplo Fortunata y Jacinta.
En la corriente del Realismo también debemos mencionar autores como Juan Valera con su obra Juanita la larga, una novela de psicología femenina.
Es muy importante destacar que el Realismo deriva en otra corriente francesa, el Naturalismo. Esta corriente utilizaba el método científico para analizar a los humanos y experimentar con ellos exponiéndolos a diversas situaciones. Sus máximos representantes fueron Leopoldo Alas, Clarín con su obra La Regenta, y Emilia Pardo Bazán.
A continuación, en el siglo XX surgen una cantidad de movimientos diferentes, pertenecientes a su vez a movimientos platónicos y movimientos aristotélicos.
En primer lugar surge el Vanguardismo, un movimiento perteneciente al movimiento platónico. Se caracteriza por la libertad y experimentación con el lenguaje, dando lugar, por esto último, al siguiente movimiento, el Modernismo. Su máximo representante es Rubén Darío, cuyos poemas eran de carácter sencillo.
A continuación nos encontramos con un movimiento aristotélico, la Generación del 98. Los autores de esta corriente eran los dueños de sus normas y la temática que empleaban era principalmente España. Entre los máximos representantes, nos encontramos con Unamuno, Pío Baroja y Valle Inclán, entre otros.
El regreso al movimiento platónico se produce con la Generación del 27. En esta corriente los autores recuperan la figura de Góngora por su aniversario.
Autores como Rafael Alberti y Federico García Lorca, retoman el surrealismo, perteneciente al vanguardismo.
Tras este último movimiento ponemos fin a los movimientos pendulares, platónicos y aristotélicos, dando lugar a un nuevo movimiento dirigido a los escritores de la Posguerra: El movimiento individualista.
A lo largo de mi vida, he de decir que no he sido muy fanática de la asignatura de Literatura, en general, pues se me solía hacer densa y aburrida. Mi interés era más bien nulo, ya que yo misma era consciente de que una vez elaborado y aprobado el examen correspondiente, se me olvidarían la mayoría de los contenidos. Probablemente, gran parte de la culpa, la tengan los que han sido mis profesores durante Secundaria y Bachillerato principalmente, pues nunca la han planteado de una forma que pueda resultar más amena y motivadora. En mi experiencia siempre se han limitado a "explicarnos" lo que ya venía en el libro de texto, para que posteriormente en nuestras casas lo estudiáramos de memoria, y llegado el día de la evaluación, plasmásemos todo lo que teníamos en nuestra cabeza en un papel, ¿Para luego que?, en mi opinión para nada. Pues muy bien, igual saqué notas como notables incluso sobresaliente, pero si en primero de carrera se me volviera a preguntar alguna cuestión del examen de literatura que realicé el último trimestre en primero de bachillerato, probablemente suspendería.
Al llegar el día de comenzar a trabajar los contenidos de este bloque en la universidad, estaba muy desmotivada, principalmente por el recuerdo que traía. Lo que supuestamente debería haber sido un recordatorio, para mí fue casi un nuevo aprendizaje. A penas recordaba el orden de las distintas corrientes literarias, sin embargo, sí que recordaba obras y autores, pero de forma amontonada, de manera que no sabía situarlos en el tiempo.
A medida que fueron transcurriendo las sesiones era distinto, pues se nos hacían muchas alusiones, y se trataba de hacernos razonar el por qué de ello, algo nuevo para mí, en este tema hasta ahora.
A día de hoy, todos estos contenidos los considero básicos, de cultura general, y los cuales debo saber y tener presentes como persona y como futura maestra. En mi opinión considero una muy buena idea de introducir la Literatura española en las aulas a través de la semana cultural. No obstante también se puede trabajar algún movimiento, un día puntual, con pequeños talleres, en los que el niño conozca al referente y elabore sus propias creaciones, esto se puede trabajar por ejemplo con las vanguardias.
Como hemos dicho al inicio, son muy escasos los momentos en primaria dedicados a trabajar la Literatura, simplemente porque no se habla de ella en los libros de texto. Sin embargo, maestros y futuros maestros, al igual que se dedican días, ratos y momentos a trabajar la lectura, ¿Por qué no hacer un parón en el libro de texto y dedicar un día a trabajar y conocer, por muy poquito tiempo que sea, algún rasgo o aspecto importante de algún autor, obra o movimiento de nuestra Literatura? De esta manera los niños ampliarán sus conocimientos y la que será una actividad enriquecedora en ese aspecto, también les será una actividad diferente, fuera de lo común, que si la planteamos de una manera adecuada, con actividades y talleres como las mencionadas anteriormente, nuestros alumnos se lo pasarán en grande, y trataremos de eliminarles desde pequeños los malos prejuicios en base a la Literatura.
Durante mis prácticas, los momentos dedicados a trabajar la Literatura han sido inexistentes. No se ha llevado a cabo ninguna semana cultural, ni se ha realizado ningún taller o actividad relacionado. Cierto es que quizás el tiempo que estaría dedicado a realizar alguna dinámica no coincida con mi estancia en el centro.
En definitiva, este bloque, tanto las clases como la realización de la actividad correspondiente, me han permitido ver la Literatura desde otra perspectiva, y sobre todo a empatizar con los niños e intentar, el día de mañana, buscar la mejor de las maneras de trabajar esta asignatura, evitando que ocurra lo que me ocurrió a mí, y probablemente a la gran mayoría.
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